La empresa de mi
padre fue dejada en manos de Beato, no cuestioné su decisión… Hacerme cargo de la cadena de tiendas
tampoco fue mi plan. Quería trabajar por mis propios méritos en una empresa
constructora y después formar la mía.
Esa mañana en la
oficina, me dirigí a una reunión citada por el
Jefe. De pronto me llamo la atención una voz…
–Hola, buen día;
soy Káteri Samantha… vengo por la entrevista de trabajo–….
Esa voz era la que
me llamó por teléfono hace menos de un mes… y por el nombre, esa era la mujer
con la que hablé. Me di la vuelta para verla… ¡Era ella, la chica de la plaza
con las burbujas, la que vi en Monterrey en Febrero!.
–¿No piensa
entrar a la reunión Ing. Peralta–… me preguntó un colega del trabajo.
Saliendo fui a
recursos humanos, obtuve información de ella… le dije al encargado que la
conocía hace tiempo atrás, pero que había perdido comunicación.
Káteri fue
contratada para mi asombro… ¿qué podía hacerla tan especial?, ¿por qué no
podría conquistar su corazón?... sólo veía a una chica extraña, aunque estaba
de buen ver. Busqué hacerle plática, no le dije mi nombre…
–Hola, eres nueva
aquí, ¿verdad? –
–Sí,
recientemente me contrataron–
–Entonces,
¡Bienvenida!...
–Gracias–
–¿Qué te parece
si te invito a cenar para celebrar tu llegada? –.
–¿Disculpe?–
–Nada–…
–Con permiso, me
tengo que retirar– se disculpó con cortesía y finalmente se fue.
Esa tarde del
último día de marzo de 2014 me hice un juramento… Cumpliría el último retó de
mi padre… “Conquistar el corazón de Káteri y me casaría con ella”.
Al otro día la
busqué, me presenté y le expliqué lo sucedido con mi padre; ella se disculpó,
aceptando mi invitación a cenar.
No fue sencillo
tener un compromiso con ella; si para que fuera mi novia hice muchas cosas…
investigué de ella, su familia, sus gustos, sus sueños, sus debilidades…,
quería ser el hombre bueno que su familia deseaba para ella. A Káteri le
importa demasiado su familia; su gran debilidad, junto con el deseo latente de
ayudar a otros. Tuve que ganarme principalmente a su padre, el ejercía mucha
influencia en ella…, también su madre, pero ella fue más reservada.
Káteri realmente
era una mujer diferente, desde la forma en que pensaba hasta como actuaba. Tenía
una ridícula idea de llegar “pura” al matrimonio. Me fui sintiendo más cómodo
estando con ella, era divertida, ocurrente, no era celosa, siempre pensaba en
el bien común, aun con esa expresión triste escondida bajo su sonrisa, era una
chica amable; lo complicado fue aceptar su regla de oro.
Aun así algo no
estaba marchando bien, después de que Káteri se fuera a Corea del Sur, algo
andaba muy mal; por más que le llamaba no me contestaba, por eso acudía a su
padre, él sabía en qué hotel estaba ella… tuve un extraño presentimiento , así
que llevé a don Eduardo, su padre
conmigo.
Cuando al fin
estuvimos en Seúl, llegamos en la noche al hotel donde ella se hospedaba, pero no estaba. Mis sospechas se agravaron.
Cuando a la
mañana siguiente escuché el sonido de la puerta abriéndose fui para recibirla,
no podía contener mi ira. Y allí estaba Káteri tomada de la mano con un tipo
asiático; sentí mi sangre hervir…
–¡Te estábamos esperando!– la saludé mientras me tragaba mi
enojo.
–¿Quiénes son ellos?–. Preguntó en Inglés, el tipo que la
acompañaba, se veía confundido.
Impactada por mi visita Káteri quedó sin habla, y aproveché
esa oportunidad para abrazarla y darle un beso, pudiéndola separar de ese. Ella
se apartó de mí, saliendo don Eduardo en mi ayuda, la abrazó y la llevó al
interior del cuarto.
–Soy el Ingeniero David Peralta, soy el prometido de Káteri,
y el señor que me acompaña es mi suegro Eduardo– interrumpí presentándome…
–¿Quién eres tú?–.
–Yo soy Park Yoochun… ¿Tú eres su prometido?–...
–¿No te lo había dicho?... pues si se va a casar conmigo–
–Ella no se va a casar contigo; Sam y yo nos amamos–….
–No me has reír, ¿estás bromeando?... le contesté con
sarcasmo –Hahahaha, ¿se aman?... (Respiré profundamente), no discutiré contigo,
que te parece si hablamos esto de hombre a hombre mañana–.
El aceptó, me llamaría para reunirnos; después cerré la
puerta. –Tu no podrás separarnos– afirmó antes de irse.
A pesar de mi cólera traté con Káteri como si no hubiera
pasado nada. Ella lo complicaba más, se
fue del hotel sin decirnos nada, su padre me aseveró confiado que regresaría,
por ello dejé la dirección con la recepcionista, del otro hotel, esta vez de
categoría.
Park me confirmó nuestro encuentro, antes de ir investigué
sobre él: su vida de actor, cantante, modelo, hasta su familia. No pensaba ir
sólo, le pedí al don Eduardo fuera conmigo. Tenía un plan; primeramente le
expliqué que ese oriental que estaba con Káteri únicamente quería aprovecharse
de ella, la usaría y la botaría luego de lograr sus sucias intenciones… ya que
era un artista muy famoso se aprovechaba de sus fans, y sin dudar lo haría con Káteri… él como “padre protector”
quería defender el honor de su hija.